jueves, 3 de septiembre de 2015

Iglesia, mujer, y comunidad LGTBIQ

Me sorprende, o no, mejor, me irrita ver en las redes sociales la explosión que provocan ciertas medidas o comentarios de la Iglesia Católica, o mejor dicho de sus representantes, en relación a las mujeres, y a la comunidad LGTBIQ... ¿pero que podemos esperar?






Hace un par de meses observé como las redes sociales explotaban ante la noticia de que la Iglesia (Católica) había denegado a un hombre transexual la posibilidad de ser padrino de su sobrino. Rápidamente, cientos de personas, algunas de ellas activistas LGTBI(¿Q?), comenzaron a hablar de discriminación, injusticia, y hasta delito de odio. A mi entender, considero que si bien esta medida puede calificarse con cualquiera de esos términos, debemos ser conscientes de que estamos hablando del proceder de una Institución que se caracteriza por este tipo de actuaciones, ya que representa lo más rancio, retrógrada, machsita y heteropatriarcal de nuestra sociedad.

"¿O es que no se puede ser transexual y católico?"


Esa es la pregunta que hacía Alex en una de sus declaraciones... algo que me parece una pregunta retórica. Pero vamos a ver, sí, se puede ser transexual y católicx, como se puede serlo siendo lesbiana, gay, o intersexual; pero hay que ser conscientes de que para la Iglesia ninguna de estas personas son consideradas "normales", y en ningún momento han tenido o tendrán cabida real en su seno. 



 Alexander Salinas, transexual de veintiún años. / ROMÁN RÍOS (EFE)

Tras una rectificación de la Iglesia, en el día de ayer leemos que ahora el Vaticano se pronuncia al respecto, denegando a Alex, nuevamente, la posibilidad de ser padrino de su sobrino; y que este ha decidido "renunciar a la Iglesia" (bien por ti). 

Ante esta noticia, tanto Carla Antonelli, como Mar Cambrollé, salían a la palestra, cada una desde su ideología, pero prácticamente coincidiendo ambas en las calificaciones que antes he mencionado (discriminación, injusticia, delito de odio). Cambrollé soltó una frase que todavía me chirría: "La libertad religiosa no puede entrar en conflicto con los Derechos Humanos"... Lo siento Mar, con todo el respeto que me mereces por tu larga trayectoria en el activismo, ¿qué tienen que ver los DDHH con el derechos a ser padrino o madrina bajo los cánones de la Iglesia Católica?. Antonelli, por su parte, decía: "Me sabe mal que el Papa, que recibió a un transexual en el Vaticano, admita esto"

Creo que este último comentario da luz a lo que realmente se esconde detrás de todos estos debates que últimamente aparecen tras declaraciones o actuaciones de la Iglesia: una infundada esperanza en que el Papa Francisco ha venido a cambiar la Iglesia Católica. Pero claro, el problema es que la mayoría de la gente está engañada por la hipocresía y carisma del nuevo pontífice, que aunque ahora de haga llamar Francisco, sigue siendo Jorge Mario Bergoglio.

Francisco es Bergoglio


¿Pero quién es este personaje que ha logrado ganarse el corazón de millones de personas que piensan que es un redentor, que viene a cambiar la cara (sí, solo la cara) y la filosofía de la Iglesia Católica, y a redimirla de sus "errores y pecados" (atrocidades)?

Para quienes tenemos memoria, y/o intentamos buscar información que no aparece en los medios masivos, Bergoglio no es un desconocido. 



Bergoglio en una misa privada avalando a Videla, jefe de la Junta militar genocida de 1976

Varias investigaciones periodísticas vinculan a Bergoglio con crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura argentina. De hecho, en 2010, tuvo que testificar por el caso del secuestro de dos jesuitas, detenidos en la ESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada), el mayor centro clandestino de detención y tortura del régimen militar. Durante el juicio en esta misma causa, afirmó que se había enterado del robo de menores durante la dictadura 10 años antes... Pero claro, no dijo nada; y sigue sin condenar los hechos. El International Tribunal into Crimes of Church and State (ITTCS, Tribunal Internacional por los Crímenes de la Iglesia y el Estado) lo acusa abiertamente por su implicación en la venta de niños arrebatados a mujeres secuestradas, y llaman a un boicot de su próxima visita a EEUU, en la que canonizará a Junípero Serra, misionero responsable del genocidio de los aborígenes californianos.

En 2010, cuando en el Congreso argentino se debatía la Ley de Matrimonio Igualitario, Bergoglio llamó a "una guerra de Dios" contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, calificándolo como "una movida de diablo" que llevará a "la destrucción de la familia".

Como si esto no fuera poco, y como no podía ser de otra manera tratándose de un representante de la Iglesia, el Papa que despierta tanta simpatía en tantos y tantas es, además, machista y misógino. Y como no se corta, ha soltado perlas como que "la teoría de género es una colonización ideológica", o que "las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos públicos".

Y para completar el "perfil" de Su Santidad, os invito a leer el pequeño artículo de Enrique Stola, sobre el perdón papal a las mujeres que abortaron...

Cásate y se sumisa


Como decía antes, la Iglesia (en este caso la católica, aunque en este tema se ponen de acuerdo más o menos todas) siempre ha tenido y conserva una posición machista y misógina. 

Hace poco, el Arzobispado de Granada editó un libro bajo el nombre "Cásate y se sumisa", en el que les "enseñan" a las mujeres como comportarse según los dictámenes de las Escrituras Sagradas. Ya podemos imaginarnos con semejante nombre las barrabasadas que este libro contiene...

Portada del libro "Cásate y se sumisa"


En mayo del año pasado, el párroco de Canena, Jaén, durante la celebración de una primera comunión, dijo: "Antes... a lo mejor un hombre llegaba a su casa borracho y le pagaba a la mujer, pero no la mataba... porque antes había un sentido moral y unos principios cristianos". O sea, que los principios cristianos permiten pegarle a una mujer, pero no matarla... 

En 2012, el párroco de San Terenzo, de Lerici, Italia, culpaba a las mujeres de la violencia de género, porque estas "cada vez más provocan, se vuelven arrogantes y se creen autosuficientes y acaban por exasperar tensiones", y que por caminar por la calle con "vestidos provocadores y ceñidos desatan los peores instintos y después se llega a la violencia y al abuso sexual".

Y estas son solo unas perlitas que han soltado estos que dicen predicar la palabra de Dios... y no me voy a meter con las declaraciones homófobicas, porque son muchas y no quiero explayarme tanto, pero le recuerdo a Carla Antonelli, que tan sorprendida está del proceder de la iglesia, que el sacerdote Jesús Calvo dijo sobre el cáncer que sufría su amigo y compañero de activismo y partido político, Pedro Zerolo, que "los pecadores públicos pueden sufrir enfermedades como castigo divino"...

Pero volviendo a la pregunta de Alex, sí, se puede ser transexual, gay, lesbiana, o mujer cis heterosexual y creer en Dios; pero para ser católicx, y pertenecer a la Iglesia, hay que acatar sus nefastos mandatos.

Como decía al principio, la Iglesia es la Institución heteropatrialcal por excelencia, y como tal, es nuestro enemigo ideológico y político.

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