Hace unos días se "celebró" en Tordesillas una de las tantas "fiestas" sangrientas que tiene la "tradición" española, el Torneo del Toro de la Vega. Este año, más que nunca, esta "celebración" tuvo una gran repercusión mediática debido a que el movimiento animalista se dedicó exhaustivamente a difundir una campaña para la prohibición de tan horroroso evento, culminando con una movilización masiva convocada por el Partido Animalista (PACMA), con el apoyo de las organizaciones internacionales Humane Society International y el Comité Anti Stierenvechten, la presentación de 70.000 firmas ante el Parlamento Europeo, así como otra movilización al lugar de los hechos para evitar la salida del toro y su posterior ASESINATO.
Cómo no podía ser de otra manera, tratándose de un grupo de garrulos violentos sirve-para-nada (más que matar animales inocentes), los manifestantes que acudieron a Tordesillas fueron agredidos, física y verbalmente, mientras la policía, no sólo no los protegía, sino que se los llevaba a la fuerza para que pudiera comenzar el "evento" (para más detalle sobre los hechos, podéis leer el excelente reportaje a Ruth Toledano).
Este horroroso evento, de origen medieval, protagonizado por salvajes que parece que no se han dado cuenta que hace más de un decenio entramos en el Siglo XXI, y que cuenta con el beneplácito del alcalde de la localidad, José Antonio González Poncela (PSOE), un energúmeno que sostiene que "Esta fiesta es un ejemplo de libertad y democracia" (¿?), es una de las vergüenzas nacionales de España.
Lamentablemente, no es la única (encierros, becerradas de peñas, toros del alba, concurso de recortes, corridas de toros, el toro enmaromado, etc.). Lo peor de todo esto es que los sectores más retrógrados, tanto de la sociedad, como del poder político, las protegen, declarándolas de "interés turístico y/o cultural", y alegando que forman parte de la tradición... Con ese sentido en el Coliseo Romano se seguirían celebrando las peleas de gladiadores... Tradición de sangre es la que promueven, al mejor estilo bárbaro. Cómo si fuera poco, además de producirnos asco, dolor, y una sensación de impotencia, también estas "fiestas" nos tocan los bolsillos: se estima que las subvenciones de las administraciones para estos actos aberrantes es de 564 millones de Euros al año. Estoy convencido de que mientras la violencia sea considerada cultura y tradición, esta sociedad no avanzará, y quedaremos anclados en la Edad Media.
Parece haber consenso que en la actualidad política
en la que se encuentra España, así como muchos otros países, existe un
descreimiento de los partidos políticos, una desazón y decepción con lxs
políticxs y las instituciones en general. Este sentimiento popular, junto a la
gigante brecha entre ricos y pobres creada por el neoliberalismo reinante, es el caldo de cultivo para muchos fenómenos,
como al avance de la derecha reaccionaria, el resurgimiento del fascismo y el
nacionalismo, y en algunos casos, también, un vuelco masivo a la izquierda.
Estos fenómenos pueden verse reflejados claramente en los resultados de las
últimas elecciones de representantes en el Parlamento Europeo.
Pero en España vemos un fenómeno que, a mi entender,
no tiene paralelo en ningún otro país europeo. Me refiero, por supuesto, al
surgimiento del “movimiento ciudadano”,
como les gusta llamarlo para evitar las tan mal vistas palabras “partido
político”, Podemos.
Con Pablo
Iglesias a la cabeza, un universitario, como le gusta aclarar en cada
ocasión que le resulta posible, mediático “tertuliano”, y asiduo twittero con
más de medio millón de seguidores, consiguieron en la recientes elecciones del
Parlamento Europeo cinco escaños, tras cinco meses desde su presentación
oficial en enero de este mismo año, convirtiéndose en la cuarta fuerza política
en España.
En estos momentos, y probablemente en parte gracias
a que tanto el PP, como el PSOE y UPyD se dedican sistemáticamente a advertir a
la población española sobre los peligros del ascenso de Podemos, algunas
encuestas los ubican como tercera fuerza política, superando a la “tradicional”
izquierda española, representada por IU, y otras como segunda, superando incluso
al PSOE. Merece un comentario al margen que todas estas encuestas siguen
ubicando al PP en la cabeza, hecho más que lamentable.
¿Pero qué es lo que estos partidos políticos dicen
sobre Podemos? Pues bien, más o menos todos lo mismo: el PP los acusa de peligrosos, populistas, dicen que de llegar al
poder viviríamos como en Venezuela, con cartillas de racionamiento, y los
acusan de estar subvencionados por este país, y por ETA. El PSOE no se queda atrás, y su flamante
Secretario General, Pedro Sánchez,
advierte de una “coalición de intereses”
entre PP y Podemos, contra el PSOE… Y, entre las tantas sandeces que dice Rosa Díez (UPyD): "Pablo Iglesias defiende a ETA y no la autodeterminación”; mientras expresa a Rajoy su voluntad de cerrarle el paso a Podemos en algunos parlamentos autonómicos, apoyando al PP...
¿Y qué dice la izquierda de Podemos, y éste de la
izquierda? Si bien los sectores más “progresistas” de IU abogan por una
coalición con Podemos, hay sectores más “conservadores” que insisten en que no,
que no hay alianza posible. Por parte de Podemos, por ejemplo, Juan Carlos monedero, también universitario, por supuesto,ha expresado que "Podemos no va a ser la UCI de ningún partido del régimen del 78", y que "nos interesa infinitamente menos la unidad de la izquierda que la unidad popular". Para cambiar este país necesitamos construir mayorías, no ser el pegamento de los fragmentos de la izquierda". Pero bueno, no hay que olvidarse que este mismo señor soltó por ahí que "en unos meses hemos conseguido que el Rey abdique, que Rubalcaba dimita y que en el PP hablen de regeneración política". En fin...
Pues así están las cosas; la izquierda, en su gran mayoría, y como es
habitual, negándose a unirse y dejando el campo abierto para que triunfe la
derecha. Pero, ¿es Podemos un partido de izquierda? De momento no se han
definido al respecto, y prefieren decir que son “un método para el protagonismo
popular y ciudadano”, y que su programa “es el resultado de un proceso de
elaboración colectiva… a través de un método abierto y ciudadano en el que han
participado miles de personas”. O, como expreso el mismo Iglesias: “La
clave no es un eje derecha-izquierda, sino democracia-dictadura”. ¿Será que
tienen miedo que al definirse pudieran perder adeptos y/o votos?
Yo,
personalmente, creo que el movimiento es interesante, y que está lleno de
personas con buenas intenciones, aunque se dice por ahí que el infierno está
lleno de buenas intenciones…
Y aunque
no estoy muy seguro sobre las cabezas visibles, estoy completamente decidido de
que si se llegara a un acuerdo para una
coalición entre Podemos e IU, allí iría mi voto. Pra finalizar, aprovecho para dejar un videito, que algunxs dicen que es una broma, pero que creo que si es el caso (que lo dudo) es de mal gusto: